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La muerte de una mascota puede resultar ser más difícil de superar que la de un ser humano.

El duelo por nuestras mascotas es un proceso realmente difícil de asimilar, casi tanto o más que sentir la pérdida de otros seres humanos. Hay personas que dirían que es exagerado llorar y sentir dolor por la muerte de una mascota, pero realmente resulta complicado poder asimilar esa pérdida.
Más que mascotas se les considera como un miembro más de la familia, día a día nuestras rutinas siempre incluyen un momento de calidad con ellos, sus muestras de cariño y su apego a nosotros han creado una gran conexión, de tal forma que no podríamos imaginarnos cómo sería nuestra vida cuando ellos dejen de estar con nosotros. Independientemente del tiempo que hayan vivido con nosotros, al perder una mascota resulta ser una de las situaciones más difíciles de procesar.

Lastimosamente, el duelo por nuestras mascotas no siempre suele ser tomado como un proceso de importancia por las personas a nuestro alrededor, nadie más que nosotros podemos comprender el dolor de haber perdido a un compañero, un miembro más de la familia, aún cuando no pertenezca a nuestra misma especie. Siendo muchas veces un dolor más intenso que con algunos seres humanos, claro está que esto depende de la cercanía.

¿por qué resulta tan difícil asimilar la muerte de nuestras mascotas?

Creamos un vínculo tan fuerte con nuestras mascotas, de la misma forma en que lo hacemos con nuestros seres queridos, es por ello que cuando fallecen sentimos un vacío tan inmenso como si perdiésemos a un padre, un hermano o un hijo. Pasamos muchos años de nuestras vidas acompañados por nuestras mascotas, nuestro cerebro libera las mismas hormonas que nos permiten sentirnos amados, sumado a esto el amor sincero e incondicional que nos demuestran no nos permite diferenciarlos de nuestra familia.
Superar su partida es un proceso complicado ya que no existen los espacios ni momentos que nos permitan expresar nuestros sentimientos ni desahogarnos, ya que, como se mencionaba anteriormente no se le suele dar la importancia que se merece.
A diferencia de un duelo humano en el que podemos darnos nuestro tiempo para asimilarlo, expresar cómo nos sentimos e incluso acudir a un grupo que nos ayude a sobrellevarlo, en el caso con nuestras mascotas no es así, debemos seguir nuestro día a día como si nada de importancia hubiese pasado, no tenemos el espacio ni el momento para poder llorar por su muerte, ni poder sentirnos apoyados porque no todas las personas a nuestro alrededor pueden comprender nuestro dolor.

Otra razón por la que no podemos sentirnos tranquilos luego de perder a nuestra mascota suele ser en muchos casos la culpabilidad, en situaciones en los que nuestra mascota fallece debido a un accidente, por enfermedad o muchas otras circunstancias en las que nos podemos acreditar la culpabilidad de su partida. Poniendo como ejemplo la eutanasia, una acción a la que en situaciones verdaderamente extremas se suele recurrir pero que deja sus sin sabores a todo aquel quien decide aplicarla.

Buscar otra mascota que llene el vacío de la anterior no es una opción recomendable, puesto que no hemos asimilado en su totalidad su partida, no estamos completamente listos para poder brindarle nuestro amor a otra mascota sin revivir y tratar de comparar lo que vivimos con la anterior.
Nunca dudemos de darnos un espacio para poder llorar y procesar la partida de nuestra mascota, tratemos de buscar un apoyo entre nuestros familiares y amigos que puedan comprender nuestro dolor y nos acompañen a atravesar nuestro duelo de mejor manera.

Somos una institución formada por un equipo de profesionales dispuestos a brindar una mano amiga en uno de los momentos más difíciles que afronta el ser humano.

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